El bailarín y coreógrafo renovador de la danza contemporánea fallece a los 90 años
BARBARA CELIS - Nueva York - 27/07/2009
Publicado en El País
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Acababa de cumplir 90 años. Pero su cuerpo, atrapado desde hacía dos en una silla de ruedas, -¿puede haber algo más duro para un bailarín que la inmovilidad?- decidió que su lucha incondicional contra la vejez y sus achaques ya no eran necesarios. Hace apenas dos horas la Cunningham Dance Foundation y la Merce Cunningham Dance Company anunciaban la muerte en Nueva York de uno de los últimos grandes coreógrafos del siglo XX, Merce Cunningham. "Sólo quien está dispuesto a dar su cuerpo por el bien del mundo está en condiciones de ser confiado al mundo. Sólo quién está dispuesto a hacerlo con amor es digno de ser el guía del mundo". Con estas palabras sacadas del libro del Tao, lectura de cabecera de Cunningham y sobre la que se fundamentó gran parte de su filosofía personal y profesional, anunciaba la web www.merce.org la muerte del artista, ocurrida el domingo de madrugada y la apertura de su estudio a lo largo de todo edtr lunes a quien quisiera acudir a presentar sus respetos hacia un creador extraordinario que centró su vida en la exploración del movimiento.
Pese a su delicado estado de salud, Merce Cunningham aún tuvo energías, hace apenas un mes, para desplazarse hasta el Dia Center for The Arts, en Beacon (Nueva York) con motivo del estreno de uno de sus célebres events coincidiendo con la inauguración de la exposición que se le dedicaba en aquel museo al pintor español Antoni Tápies. Fue una de las últimas veces que se dejó ver en público. Cunningham observó a sus bailarines jugar con el espacio y perderse entre las notas musicales compuestas, como en todas sus creaciones, al margen de la coreografía y recibir, una vez más, la ovación incondicional del público. También fue ovacionado el pasado 16 de abril, el día que estrenó en Nueva York su última composición, Casi noventa (presentada también en España), concebida para conmemorar su noventa cumpleaños, casi un siglo de vida que sin embargo, a Cunningham no le bastó. "Siempre quedan cosas por hacer, por descubrir, el tiempo nunca es suficiente" declaró en entrevista a este periódico. Trevor Carlson, director ejecutivo de su compañía, aseguraba a este diario en abril que Cunningham, pese a su edad, era un hombre joven, "mucho más que otros artistas con menos años que él. Es un hombre tenaz, con una curiosidad inmensa, siempre dispuesto a aprender de los otros, a compartir lo que sabe, a experimentar".
Cunningham, nacido en Centralia (Washington), quiso ser bailarín desde niño. Fue alumno aventajado de Martha Graham, otra de las grandes de la coreografía moderna estadounidense, pero su talento como coreógrafo floreció sobre todo tras su paso por el Black Mountain College en los años cincuenta, donde conoció al músico John Cage, quien se convertiría en su pareja personal y profesional, construyendo juntos uno de los binomios creativos fundamentales de los años sesenta y setenta. Artistas como Robert Rauschenberg también estudiante en aquella escuela de planteamientos educativos radicales, o Jasper Johns, se convirtieron también en colaboradores asiduos.
La revolución que llevó Cunningham hasta los escenarios de la danza, influido por la filosofía zen que absorbió a través de John Cage, se centró por un lado, en entregarle el poder al azar y por otro en subrayar la importancia del movimiento en sí mismo, al margen de la música. Al contrario de lo que tradicionalmente hacían los coreógrafos, en los espectáculos de Cunningham la danza, la música, el vestuario o la escenografía se conciben de forma completamente independiente entre sí por lo que sólo la casualidad puede hacer que en medio del escenario, los bailarines se muevan al ritmo de la música por unos instantes, o las luces se balanceen siguiendo el movimiento del cuerpo humano. "Mi vida ha sido una búsqueda constante de maneras de mirar y encontrar nuevas formas en el movimiento" afirmó Cunningham al repasar su vida.
El Libro de las mutaciones (I-ching), un compendio de sabiduría confuciana al que se le hacen preguntas como a un oráculo y que tanta influencia tuvo en los artistas estadounidenses que abrazaron las enseñanzas filosóficas de oriente en los años sesenta, fue uno de los libros que siguió consultando hasta el final. Pero pese al peso que quiso darle al azar en su existencia, Cunningham dejó muy bien estructurado el futuro de su compañía. El pasado junio anunció un plan de futuro post-mortem para la Merce Cunningham Dance Company. Sabiendo que su vida expiraba, el coreógrafo concibió un plan para que sus bailarines se embarquen en una gira mundial de dos años y después la compañía se cierre. Consciente de las dificultades que conlleva verse sin trabajo en el difícil mundo de la danza, los miembros de su compañía seguirán cobrando un salario durante un año entero, al igual que su personal administrativo. Ha sido la última gran decisión de un artista único cuyo inmenso legado dificilmente morirá.
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Por Elizabeth Arzamendia
16-IX-07
Así se ha denominado la muestra de danza y de los procesos de creación en el arte del movimiento, presentado este año, por el Departamento de Danza del Instituto superior de Bellas Artes ISBA, con los auspicios del Centro Cultural de España “Juan de Salazar” CCEJS, dependiente de la Embajada de España.
Las bailarinas participantes de esta muestra conforman la Compañía Juvenil de Danza del Instituto Superior de Bellas Artes, quienes, además de interpretar obras creadas especialmente para ellas, presentaron sus propias creaciones a un público diverso y a otro específico: aquellos jóvenes que se forman en el campo de la educación artística con fines de docencia en la Educación Media, según el plan de estudios de nuestro país.
Un programa de tres temporadas de junio a agosto, abierta a todo público y con participación de instituciones de educación artística superior públicas y privadas. El formato conjugó por un lado la presentación del repertorio actual de la Compañía y por otro, además de la presentación de obras, la proyección de un material audiovisual conteniendo conceptos teóricos básicos, vídeos y ejemplos prácticos. El mismo desarrolló un esquema inédito en Paraguay que ha abierto nuevas posibilidades de encuentros a partir de este proyecto de sensibilización hacia la danza; las diversas formas de aplicación de sus recursos técnicos-creativos, como son herramientas para el sector educativo y la proyección en el ámbito profesional de la danza, que significan todo un desafío para el equipo de trabajo.
El objetivo inicial partió del interés de propiciar espacios de experimentación que preparen y a la vez movilicen a los estudiantes y profesionales jóvenes hacia el despertar de una conciencia más clara y más crítica de su rol como artista y de su entorno, y por ende de la importancia de una preparación profesional eficaz. Esta idea inicial, paso a paso, nos llevó a buscar las estrategias para intentar congeniar las muchas necesidades de una Compañía Juvenil que transita el camino hacia la ansiada profesionalización. También el interés de los profesionales involucrados en este proceso, de aportar a la formación alimentando el deseo de interpretar junto con el de crear, interactuando de diversas maneras para invertir esfuerzos en un futuro para la danza. Para quienes hacen la danza para quienes la crean, para quienes disfrutan, sienten y se cuestionan a través de ella y para quienes de una u otra manera influyen desde sus respectivos espacios para que la danza florezca.
A partir de este enfoque quisimos comunicar un aspecto de este proceso que ha significado hasta hoy un aprendizaje mutuo, tratando de inspirar y alimentar el interés de aquellos futuros docentes de educación artística, concientes de que la vocación o las aptitudes por sí solas no serán suficientes para lograr el objetivo ineludible en su tarea: el despertar la capacidad creativa que cada ser humano está dotado para desarrollar y que cada docente de arte tiene el desafío de lograr.
En nuestro medio no pocas veces entran en entredicho el rol del docente de arte y el rol del artista dedicado a la enseñanza. Enseñar es un arte y por su lado, ¡cuánto enseña un artista con su arte! Más allá de esta discusión; se trata por sobre todas las cosas de saber despertar el sentido creativo, enriquecer el espíritu, generar cambios, sensibilizar hacia el arte y si fuera posible encauzar el talento, independientemente de que se busque dar una formación general o una formación especial. Una tarea difícil que requiere una especial capacitación del docente, que el sistema no siempre nos ofrece y que nos compromete a la concienciación y “auto-educación” constantes.
Actualizarse, renovarse, interactuar con otras disciplinas, hacer participar el cuerpo y la mente, escuchar, leer y compartir nos parecen las más factibles y cercanas herramientas que como país, tenemos y podemos generar para tratar de comprender y afrontar las realidades no solo locales o circunstanciales sino también las de un escenario más amplio (globalización) que nos involucra y que interviene en el presente diario en el aula, en la escena, en la vida personal y profesional tanto del estudiante como del artista y el docente.
Nuestra sociedad necesita de niños y jóvenes que se beneficien, disfruten y sepan apreciar el arte sea de la danza, la música, el teatro o la plástica que se formen no solo que se entretengan. Los centros de formación y los docentes serán los guías, pero para ello deberán conocer y vivenciar los caminos, hacia esos objetivos.
Con sinceridad esperamos que esta actividad nos motive a nuevos aprendizajes y nos muestre caminos hacia la creación…. ya sea de una danza, de un proyecto innovador, de más conciencia, de nuevas formas de comunicación con otras artes, otras disciplinas, diferentes contextos que nos permitan mirar con nuevos ojos nuestras cercanas realidades.
Elizabeth Arzamendia.
Responsable del Proyecto: Elizabeth Arzamendia
Elaboradoras: Norma Santacruz, Mary Carmen Niella, Elizabeth Arzamendia.
Coreógrafas: Norma Santacruz, Mary Carmen Niella. Marisol Salinas, Gloria Oviedo. Expositoras: Marisol Salinas, Norma Santacruz
Estudiantes que se inician en la creación coreográfica: Rosa Artíles, Patricia Martínez, Verónica Arzamendia, Irene Codas.
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