Adiós maestro

A la edad de 103 años se despidió el gran Kazuo Ohno. Bailarín, coreógrafo y creador de un género único, el maestro supo representar mediante su cuerpo la sensibilidad herida de un mundo atormentado por las bombas atómicas que rompieron el fino equilibrio entre el universo y el mundo. Único e irremplazable, Kazuo nos dejó su mensaje: “Deseo bailar la danza de la hierba loca hasta el último latido de mi corazón.” 

Vi a sensei (maestro) Kazuo Ohno por primera vez en el Teatro San Martín de Buenos Aires en la Argentina. Colaboró en el encuentro y acercamiento la directora y creadora del teatro “Off Broadway” Ellen Stewart, también llamada “La Mama”. Ella, generosa madrina artística mía, me impulsó a estudiar y asimilar de su amigo Kazuo Ohno y usted hijo Yoshito Ohno una diferente e innovadora creatividad contemporánea y oriental. De aquel evento con “La Mama” pasaron unos años. Pero cuando Kazuo y Yoshito Ohno, de gira por Sudamérica, vinieron a la Argentina a presentar “Admirando a la Argentina” y “Mar Muerto”, Ellen me llamó y mi hermosa hada madrina me anunció las coordenadas en las que estarían alojados -en el Hotel Panamericano de Buenos Aires-; sólo faltaba acudir al encuentro...

Mientras Cristo y Buda deciden cuál será su último ritual, desde el mismo país -la Argentina- que dio origen a su musa inspiradora, Antonia Merce, lo saludo maestro. El mundo extrañará su presencia ya que seres como usted dignifican al ser humano en toda su potencialidad creativa.

Yoshito, mí más sentido agradecimiento y beatitud por su bondad que en todos estos años me dieron una esperanza para seguir vivo y gracias a lo aprendido junto a su padre, todos los días poder llegar a la verdad y a lo sincero de mí mismo.

Su padre, su abuelo o su bisabuelo, fueron un faro en la oscuridad para muchos al dar un ejemplo para las generaciones venideras con su arte.

Maestro Kazuo Ohno, usted será siempre en nosotros un referente inmortal que vivió coherente a sus principios humanos, hasta el último latido de su corazón. Sensei usted y la gracia de su familia lo acompañen en este último viaje al encuentro junto a los grandes de la historia. Despido así a Kazuo Ohno, el último emperador de la danza mundial.

maestro supo representar mediante su cuerpo la sensibilidad herida de un mundo atormentado por las bombas atómicas que rompieron el fino equilibrio entre el universo y el mundo. Único e irremplazable, Kazuo nos dejó su mensaje: “Deseo bailar la danza de la hierba loca hasta el último latido de mi corazón.”

Hoy siento tristeza al enterarme de la muerte de mi maestro a los 103 años. Creo que él está conmigo, serenamente consolándome, bailando a mí alrededor con su paleta de colores llena de personajes. El viejo, el niño, el payaso y la prostituta sagrada ríen, juegan, viéndome escribir su responso final.

Mientras Cristo y Buda deciden cuál será su último ritual, desde el mismo país -la Argentina- que dio origen a su musa inspiradora, Antonia Merce, lo saludo maestro. El mundo extrañará su presencia ya que seres como usted dignifican al ser humano en toda su potencialidad creativa.

Yoshito, mí más sentido agradecimiento y beatitud por su bondad que en todos estos años me dieron una esperanza para seguir vivo y gracias a lo aprendido junto a su padre, todos los días poder llegar a la verdad y a lo sincero de mí mismo.

Su padre, su abuelo o su bisabuelo, fueron un faro en la oscuridad para muchos al dar un ejemplo para las generaciones venideras con su arte.

Maestro Kazuo Ohno, usted será siempre en nosotros un referente inmortal que vivió coherente a sus principios humanos, hasta el último latido de su corazón. Sensei usted y la gracia de su familia lo acompañen en este último viaje al encuentro junto a los grandes de la historia. Despido así a Kazuo Ohno, el último emperador de la danza mundial.

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