....En el workshop que dio Katsura Kan en Rosario en el año 2011se/nos cuestionaba qué era butoh para cada uno de los presentes, ya que él se lo seguía preguntando. Quizás haya tantas definiciones como bailarines o espectadores como diría Akira Kasai, otro maestro pionero del butoh. Volviendo a Kan nos incitaba a cuestionarnos también “si era natural al hombre caminar en dos pies“, qué hechos corresponden al orden de lo natural y cuáles al cultural. Poner en cuestionamiento lo aparentemente obvio resulta inquietante pero provocador de interesantes devenires. El cuerpo en butoh es un cuerpo en permanente mutación, generada por la fuerza de las intensidades que devienen del silencio de la mente cotidiana. Acallar las interferencias del ego que juzga y nos envía a lugares bellamente adormecidos. Hacer silencio es también escuchar aquellas capas profundas que el ojo interno traduce en paisajes del cuerpo que baila. Por lo tanto, la mirada deja de sostenerse desde exterior, el atrás cobra importancia. El Butoh surge, al igual que las artes de vanguardia occidentales en los años 60, como una necesidad de cuestionar los sistemas establecidos, generando rupturas estéticas y filosóficas. Como John Cage, Cunningham y F.Bacon, Hijikata y K.Ohno hacen lo propio en Japón. La gran potencia de esas semillas hoy germina por todo el mundo y dan lugar a nuevas búsquedas estéticas.
Comentarios
Escrito para Revista Inquieta año 2012.
....En el workshop que dio Katsura Kan en Rosario en el año 2011se/nos cuestionaba qué era butoh para cada uno de los presentes, ya que él se lo seguía preguntando. Quizás haya tantas definiciones como bailarines o espectadores como diría Akira Kasai, otro maestro pionero del butoh. Volviendo a Kan nos incitaba a cuestionarnos también “si era natural al hombre caminar en dos pies“, qué hechos corresponden al orden de lo natural y cuáles al cultural. Poner en cuestionamiento lo aparentemente obvio resulta inquietante pero provocador de interesantes devenires.
El cuerpo en butoh es un cuerpo en permanente mutación, generada por la fuerza de las intensidades que devienen del silencio de la mente cotidiana. Acallar las interferencias del ego que juzga y nos envía a lugares bellamente adormecidos. Hacer silencio es también escuchar aquellas capas profundas que el ojo interno traduce en paisajes del cuerpo que baila. Por lo tanto, la mirada deja de sostenerse desde exterior, el atrás cobra importancia.
El Butoh surge, al igual que las artes de vanguardia occidentales en los años 60, como una necesidad de cuestionar los sistemas establecidos, generando rupturas estéticas y filosóficas. Como John Cage, Cunningham y F.Bacon, Hijikata y K.Ohno hacen lo propio en Japón. La gran potencia de esas semillas hoy germina por todo el mundo y dan lugar a nuevas búsquedas estéticas.