Publicado por Felix Oropeza el 17 de Octubre de 2008 a las 12:00am
Aprender a movernos en el gran charcoLa relación que establecemos con el cuerpo esta inmersa de infinitas apreciaciones, que son distintas , no solamente desde el punto de vista del observador, sino de los factores culturales y el contexto general en el cual concebimos el ideal del cuerpo como una expresión de la existencia llevada a un plano de movilidad. El cuerpo estará sujeto a conceptos firme de sus partes y componentes, como una visión preliminar para reconocerlo, no solamente para si, si no también para la otra masa presentada como reflejo del propio cuerpo que tenemos. Reconocemos los componentes básicos, sus movilidades, desplazamientos y expresiones, constituidos en muchos casos por convenciones sociales y otras por los componentes biológicos del ser humano.No solamente reconocemos el cuerpo en sus funciones básicas, también recogemos de el, la idea llevada por nuestra cultura, con sus posibilidades de ejecución libre y las restricciones sobre el manejo de este instrumento.Cabe preguntar: ¿Que nos ensayan sobre el cuerpo?, ¿El cuerpo es una condición que no necesita reflexión?, ¿Entendemos al cuerpo como una totalidad o es una visión fraccionada?El conocimiento que tenemos del cuerpo son signos naturales insertos en códigos del conocimiento tradicional, que es insuficiente e incompleto y en muchos casos generan más problemas sobre los planteamientos del cuerpo. Podemos mencionar según Pierre Guiraud “que la idea del cuerpo como reflejo del alma es una creencia muy antigua, que seguimos compartiendo en forma más o menos inconsciente”.El cuerpo se presenta como la totalidad de lo concreto y no se reduce solamente a la definición del instrumento del ser humano, hablamos también cuando algo tiene cuerpo o no, definiendo el contenido de las cosas y sus formas: el cuerpo central, el cuerpo operativo, cuerpos que se mueven, cuerpos mutables, cuerpos ideales, cuerpos prohibidos, el cuerpo de bomberos, ellos no tienen cuerpo, un cuerpo inmaterial, cuerpo habitable, el cuerpo ideal, el cuerpo del delito, cuerpo simbólico, el cuerpo del deseo, cuerpo liberado, el cuerpo biológico, el cuerpo intelectual, cuerpo afectivo, cuerpo instintivo y el cuerpo que habla entre otras innumerables categorías, que recogen la importancia vital de este instrumento.En este mundo globalizado para algunos, los cuales determinan las directrices o el camino a seguir y la de aquellos que no convergen dentro de las convenciones establecidas por los otros, encontramos el modelo ideal representado a través de los centro de poder, los cuales moldean el prototipo humano a seguir, con un carácter de movilidad, quizás ideal y perfecto que se proyecta para todos y así parten de una mezcla híbrida definiendo el cuerpo universal, sin diferencia y preparado para los nuevos tiempos con características inclusive de ambos sexos.Si bien las fronteras se acortan en beneficio del intercambio, ¿Porque no aconteció en tiempos pasados?, aquellos que mantuvieron la distancia y la defensa de su propia cultura y al mismo tiempo imponiéndola como manera de control para obtener beneficios durante siglos en función de construir su propia identidad, mantienen en la actualidad modelos agotados que no se renuevan en sus propias estructuras y extinguidas por la rigidez de sus propias sociedades.Manejamos en nuestro contexto técnicas foráneas para encontrar la manera propia de bailar e inclusive para identificar nuestro cuerpo, herramientas que en sus inicios abrieron la brecha para reconocer e identificar una forma de bailar diferente, sin embargo toda técnica corporal esta cargada de un valor cultural que representa una apreciación distinta a la habitual, distanciándonos por mucho tiempo de nuestras fuentes primordiales de movimiento, de cadencias y ritmos.Tenemos un cuerpo exquisito en expresión, sustancial en el ritmo, con una cadencia notable y un deleite extraordinario. Reconocernos en esta dimensión es identificar nuestro cuerpo que se manifiesta libremente en los territorios de la posibilidades de creación autentica y sentirnos a gusto en nuestro propia casa, además de dar conocimiento mas allá de las fronteras.Podemos en esta era planetaria reconocer esta materia que baila en todo momento, que no deja de fluir a pesar de los laberintos de la conformidad. Nos reconocemos en las calles Caraqueñas con la cadencia de la señora que vende conserva, de los vendedores de lotería con sus movimientos de brazos llenos de azar, en las miradas cómplices de los bailadores de Salsa en un cuchitril de la Baralt exorcizando las angustia de la semana, las carreras de 400mts con obstáculos de los buhoneros buscando el no espacio de sus vida, el ímpetu de miles de cuerpos en movimientos en los juego Caracas – La Guaira, de la danza contacto ( Contac Improvistation ) que realizamos entre miles de cuerpos reconocidos y abiertos en las paradas de autobuses de la redoma de Petare, los saltos continuos que como atletas olímpicos esquivamos en los charcos en tiempos de lluvia, en fin con nuestra forma de improvisar sin ruta definida en esta ciudad llena de cuerpos vivos , que bailan a la muerte, a la vida y que seguirán con este impulso, que nuestra tierra nos entrega como la esencia vital para permanecer moviéndonos toda la vida.Félix Oropeza
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