En el barrio pobre de Aroma, de la ciudad de Manila (Filipinas), el Ballet, como disciplina dancística, se ha convertido en una herramienta de salvación y transformación para su población infantil habitante.
Hace dos días, el diario "El Universal", de la ciudad de México, publicó una nota acerca de la bailarina Jessa Balote, quien a los 10 años fue sacada de entre los basurales del barrio por una escuela de ballet para preparar su vida en los escenarios. Esta historia no es más que uno de los tantos casos que atraviesan a Latinoamérica, y en otros lugares del planeta, en donde la danza puede ser considerada, sin cuestionamiento alguno, como un verdadero elemento transformador y articulador de nuevas formas de vida, pensamiento y reconocimiento identatario-cultural.
Tanto Jessa como otros estudiantes provenientes de barrios carentes de recursos e infraestructura económica, ven en este tipo de transformaciones, la creación de nuevos mundos. Nuevos mundos donde la esperanza aparece como el "motor" vital del cambio y la integración social deja de ser una barrera constante para convertirse en una práctica y constitución cotidiana.
Los invitamos a disfrutar de este líndisimo artículo del periódico mexicano, claro ejemplo de que todavía hay iniciativas que se proponen seguir luchando por desafíos pendientes: como el de seguir formando, capacitando e integrando cultural y artísticamente a nuestras generaciones futuras. Aquí va la nota completa! :
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