Por Ornela Sabbatini
Cuando uno piensa en danza para niños, surge casi instantáneamente, la imágen del tutú rosa, las zapatillas de ballet, el rodete tirante y todo cuanto rodea al mundo de la danza clásica. Alentada además por figuras infantiles como Angelina Ballerina, la danza clásica se instala como un fuerte referente al momento de elegir una disciplina artística.
Teniendo en cuenta que para elegir, primero hay que conocer, a continuación intentaré explicar brevemente ¿qué es eso a lo que llaman danza contemporánea?
En muchas oportunidades me he encontrado con esta pregunta, o con otras como: ¿qué se hace en una clase? o ¿ qué música se baila?, preguntas que buscan llegar a un referente conocido. En esos intentos de arrojar luz sobre el tema, muchas veces se simplifican conceptos y la danza contemporánea pierde un poco de personalidad, en pos de asimilarse a ideas conocidas, como lo son la expresión corporal, los juegos corporales, propuestas lúdicas y otros temas relacionados a la danza que circulan hoy en día. Si bien estos elementos pueden ser abordados desde una clase de danza contemporánea, hay que tener en cuenta que la misma puede brindar mucho más de lo que implican esos conceptos conocidos por la mayoría.
Para comenzar, el juego o lo lúdico, entra en una clase, sobre todo si se trata de trabajo con niños, no como un fin en sí mismo, sino como un medio. El juego es un medio para aprender en la vida, y también lo es una clase de danza. Cada juego que se plantea forma parte de un objetivo, variando éste de acuerdo a las planificaciones del docente. No olvidemos que estamos hablando de un taller de danza, y no de un taller de juegos.
Otro aspecto clave a tener en cuenta, es el origen de esta rama artística. Como en todas las expresiones del arte, existe un referente clásico, a partir del cual, por diálogo, oposición, contraste, van apareciendo nuevas manifestaciones. La danza contemporánea surge de una búsqueda: la búsqueda del bailarín, del sujeto, de la subjetividad. A grandes rasgos, algunas más y otras menos, toda técnica contemporánea intenta traducir el mundo interior del bailarín.
Algunas de las técnicas de este arte, toman como inicio de partida la observación de los movimientos cotidianos del ser humano desde la temprana infancia: aparecen asi, el gateo, el bollito, los espirales del cuerpo, movimientos que podemos ver de manera natural en los bebés y los niños. Desde este punto de vista, un taller de danza para pequeños, debería plantear como objetivo potenciar o reforzar esos movimientos. Sobre todo si se parte de la concepción de que a un niño no hay que enseñarle a moverse, en absoluto. Sí, hay que guiar y potenciar sus movimientos naturales, a fin de que encuentre su propia danza.
Como conclusión, la danza contemporánea es una opción adecuada para aquellos que buscan en las propuestas artísticas, potenciar la creatividad, respetando las particularidades e intereses de cada niño.
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