Por Elizabeth Arzamendia
16-IX-07
Así se ha denominado la muestra de danza y de los procesos de creación en el arte del movimiento, presentado este año, por el Departamento de Danza del Instituto superior de Bellas Artes ISBA, con los auspicios del Centro Cultural de España “Juan de Salazar” CCEJS, dependiente de la Embajada de España.
Las bailarinas participantes de esta muestra conforman la Compañía Juvenil de Danza del Instituto Superior de Bellas Artes, quienes, además de interpretar obras creadas especialmente para ellas, presentaron sus propias creaciones a un público diverso y a otro específico: aquellos jóvenes que se forman en el campo de la educación artística con fines de docencia en la Educación Media, según el plan de estudios de nuestro país.
Un programa de tres temporadas de junio a agosto, abierta a todo público y con participación de instituciones de educación artística superior públicas y privadas. El formato conjugó por un lado la presentación del repertorio actual de la Compañía y por otro, además de la presentación de obras, la proyección de un material audiovisual conteniendo conceptos teóricos básicos, vídeos y ejemplos prácticos. El mismo desarrolló un esquema inédito en Paraguay que ha abierto nuevas posibilidades de encuentros a partir de este proyecto de sensibilización hacia la danza; las diversas formas de aplicación de sus recursos técnicos-creativos, como son herramientas para el sector educativo y la proyección en el ámbito profesional de la danza, que significan todo un desafío para el equipo de trabajo.
El objetivo inicial partió del interés de propiciar espacios de experimentación que preparen y a la vez movilicen a los estudiantes y profesionales jóvenes hacia el despertar de una conciencia más clara y más crítica de su rol como artista y de su entorno, y por ende de la importancia de una preparación profesional eficaz. Esta idea inicial, paso a paso, nos llevó a buscar las estrategias para intentar congeniar las muchas necesidades de una Compañía Juvenil que transita el camino hacia la ansiada profesionalización. También el interés de los profesionales involucrados en este proceso, de aportar a la formación alimentando el deseo de interpretar junto con el de crear, interactuando de diversas maneras para invertir esfuerzos en un futuro para la danza. Para quienes hacen la danza para quienes la crean, para quienes disfrutan, sienten y se cuestionan a través de ella y para quienes de una u otra manera influyen desde sus respectivos espacios para que la danza florezca.
A partir de este enfoque quisimos comunicar un aspecto de este proceso que ha significado hasta hoy un aprendizaje mutuo, tratando de inspirar y alimentar el interés de aquellos futuros docentes de educación artística, concientes de que la vocación o las aptitudes por sí solas no serán suficientes para lograr el objetivo ineludible en su tarea: el despertar la capacidad creativa que cada ser humano está dotado para desarrollar y que cada docente de arte tiene el desafío de lograr.
En nuestro medio no pocas veces entran en entredicho el rol del docente de arte y el rol del artista dedicado a la enseñanza. Enseñar es un arte y por su lado, ¡cuánto enseña un artista con su arte! Más allá de esta discusión; se trata por sobre todas las cosas de saber despertar el sentido creativo, enriquecer el espíritu, generar cambios, sensibilizar hacia el arte y si fuera posible encauzar el talento, independientemente de que se busque dar una formación general o una formación especial. Una tarea difícil que requiere una especial capacitación del docente, que el sistema no siempre nos ofrece y que nos compromete a la concienciación y “auto-educación” constantes.
Actualizarse, renovarse, interactuar con otras disciplinas, hacer participar el cuerpo y la mente, escuchar, leer y compartir nos parecen las más factibles y cercanas herramientas que como país, tenemos y podemos generar para tratar de comprender y afrontar las realidades no solo locales o circunstanciales sino también las de un escenario más amplio (globalización) que nos involucra y que interviene en el presente diario en el aula, en la escena, en la vida personal y profesional tanto del estudiante como del artista y el docente.
Nuestra sociedad necesita de niños y jóvenes que se beneficien, disfruten y sepan apreciar el arte sea de la danza, la música, el teatro o la plástica que se formen no solo que se entretengan. Los centros de formación y los docentes serán los guías, pero para ello deberán conocer y vivenciar los caminos, hacia esos objetivos.
Con sinceridad esperamos que esta actividad nos motive a nuevos aprendizajes y nos muestre caminos hacia la creación…. ya sea de una danza, de un proyecto innovador, de más conciencia, de nuevas formas de comunicación con otras artes, otras disciplinas, diferentes contextos que nos permitan mirar con nuevos ojos nuestras cercanas realidades.
Elizabeth Arzamendia.
Responsable del Proyecto: Elizabeth Arzamendia
Elaboradoras: Norma Santacruz, Mary Carmen Niella, Elizabeth Arzamendia.
Coreógrafas: Norma Santacruz, Mary Carmen Niella. Marisol Salinas, Gloria Oviedo. Expositoras: Marisol Salinas, Norma Santacruz
Estudiantes que se inician en la creación coreográfica: Rosa Artíles, Patricia Martínez, Verónica Arzamendia, Irene Codas.
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