Publicado por Claudia Pisani el 26 de Febrero de 2009 a las 4:02am
Crítica Teatral - Argentina26 febrero de 2009El decir de la danzaEl programa Diálogos de la Red Sudamericana de Danza (www.movimiento.org) es una apuesta ideal e incierta pero real y efectiva en el actual desarrollo de la danza contemporánea de los países de Latinoamérica. La autora del programa, Lucia Russo, es una bailarina y coreógrafa oriunda de aquel pueblito patagónico, Cipolleti, que la opinión púbica argentina conoció como el escenario del triple crimen de unas chicas. Pero Cipolleti fue también el marco de enunciación de la primera expresión de lucha innovadora contra el menemismo en los años noventa: el piquete. De allí partieron los primeros piqueteros; y Russo, maldecida por sus hipótesis subversivas de la danza noventosa.¡¿Qué las danzas se piensen a sí mismas?! Sí, como sujetos-cuerpos históricos que mueven y son movidos por palabras. Las palabras evacuan verdades. Las verdades son desechos del lenguaje. De eso se tratan los diálogos: de fragmentos-réplicas que rozan la carne; de palabras que son actos del cuerpo pero que no-son-todo-el-cuerpo. Aunque suene como una necedad el proyecto de Russo “descubrió” para su contexto más inmediato que los bailarines y coreógrafos son seres hablantes por naturaleza; y como tales gozan de los acontecimientos que tallan a sus cuerpos. Véase, por las necedades que se dicen se toca el pedacito de alguna verdad.La primera experiencia fue en Buenos Aires en 2006. Esa primera vez, Russo desde el Colectivo Cultural Casa Dorrego invito a sus pares de Chile (Daniela Marini), Uruguay (Florencia Martinelli, Paula Giuria, Andrea Arobba), y México (Javier Contreras y Lourdes Fernández), Neuquén (Claudia Ganquin, Andrea Briceño), Buenos Aires (Laura González y Natalia Tencer), y algunos teóricos de la danza que dejaron mucho que desear (las argentinas Analía Melgar y María Marta Gigena, y la brasileña Nirvana Marinho). El encuentro “no debía” relacionarse con las lógicas de los mercados de festivales internacionales de teatro y danza: vender-se. Las obras no estaban en venta sino que eran objetos de diálogos; casi, casi, objetos de estudio.En el 2007 Giuria y Claudia Pisani hicieron su versión de Diálogos en Montevideo; y Javier Contreras y Fernández la suya en D.F. México. Luego los Diálogos de Danza se latinoamericanizaron. Los malosentendidos y los “atolondradichos” de los diálogos sobre las obras y sus procesos o métodos de producción - enclavados en las problemáticas culturales y entuertos históricos de los países de la región- despertaron al amor a la palabra. Algunos de los dialogantes del primer encuentro multiplicaron la experiencia en sus países. Durante el 2008 con la financiación del Programa Iberescena, entre otras diversas agencias de cooperación internacional, fundaciones, colectivos, empresas e instituciones latinoamericanas. la coordinación artística de Russo y la coordinación general de Isabel Ferreira hubo diálogos por doquier. Uruguay y México por segunda vez, Mérida (Venezuela), Lima (Perú), Neuquén (Argentina) configuraron una serie de experiencias locales cuyo soporte fue el diálogo, es decir, lo imprevisto.El Programa Diálogos se presenta como otra vía a la política de “industrias culturales” cuyo soporte principal en las artes escénicas son los festivales internacionales. Mientras que su teoría guardiana importa la “autonomía” de la danza, que no es la autonomía de la filosofía de Hegel. “Autonomía” aquí es un eufemismo para decir “libre comercio”. En esta política la fuerza-trabajo del artista aún está anclada en la mercancía: se fabrican obras de teatro y danza para el “discurso amo”. En cambio, la vía de los Diálogos pone en vigencia una “multitud contemporánea” con los decires de sus artistas que no son los mismos que los de sus obras. Pero el soporte de la palabra abre al saber en tanto categoría transindividual –la puesta en común de las prácticas en la esfera pública. Aforar en lo transindividual potencia, al sociabilizarse en los decires, las expresiones singulares que toda obra de arte se reserva en la condición de su mostrar-se.Silvio Lang
Comentarios